Con el mismo "cuento del tío” les robaron a jubilados en San Luis
Al menos tres personas fueron víctimas de este engaño, y a dos les sustrajeron una importante cantidad de dinero. En los casos inventaron que un pariente cercano había sufrido un accidente.
Por Guadalupe Isaguirre.
El Chorrillero reunió los testimonios de las víctimas que solicitaron la reserva de sus identidades. Relataron cómo los ladrones usaron esta modalidad para sacarles sin escrúpulos todo lo que tenían. En uno de los casos, el delito no se concretó porque una hija intervino a tiempo.
La primera víctima es una mujer de 64 años, oriunda de Mendoza. Vive hace 17 años en el barrio Santa Rita, en la capital puntana. A este medio le contó la situación angustiante que vivió junto a su hija hace dos semanas.
“Me llamaron a la madrugada a mi teléfono fijo para decirme que mi hijo había tenido un accidente y debía ser operado”, contó la mujer. Su hijo vive hace muchos años en Mendoza y dio justo la casualidad de que él trabaja por la noche.
Los ladrones le hicieron creer que en ese momento lo estaban trasladado a San Luis de “urgencia” a una clínica privada, y necesitaban dinero para poder operarlo.
“En el momento que supuestamente lo estaban trayendo, uno se hizo pasar por mi hijo. Me decían que le hablara para que no se duerma”, siguió su testimonio.
En medio de la desesperación, la jubilada les pasó sus datos personales y el número de su hija a la que contactaron para que ambas líneas estén ocupadas y no pudieran recibir otro llamado que interfiriera en el engaño.
Minutos más tarde se acercó a su vivienda un hombre que dijo ser un “secretario de la clínica”.
“Me pidió $10 mil, pero yo en ese momento tenía solo el dinero que había cobrado de mi jubilación que eran $ 7 mil”, dijo. Pero aclaró que “también recibían” para cubrir el total, cualquier joya que sea de oro.
“Mami entregales la plata que no me van a poder operar y me voy a morir”: así le repetía un hombre del otro lado del teléfono que supuestamente tenía su boca lastimada y que por eso la voz sonaba diferente.
La estafa salió perfecta. La madre y su hija quedaron a la espera de un llamado que nunca llegó y perdiendo un dinero que ni la misma Policía sabe a manos de quiénes fue a parar.
“No llamaron más, el número dejó de funcionar. Después nos comunicamos a Mendoza y nos enteramos que mi hijo estaba bien”, explicó la mujer.
“En la semana voy a ver cómo sigue la investigación porque nunca más supe nada”, explicó. La denuncia la radicó en la Comisaría 6°, en el mismo momento que ocurrió todo.
Segundo caso
Otra jubilada de 75 años pasó por el mismo cuento que se inició por teléfono: le pidieron dinero con la historia de que su hijo había tenido un accidente y debían ponerle “clavos importados de Alemania” en las piernas. Tenían que hacerlo con urgencia.
Como en el caso anterior, un secretario del nosocomio (de nombre Walter) se presentó en la vivienda (ubicada a cuatro cuadras de la Plaza Pringles, en pleno centro de la ciudad) y logró despojarla de $ 88 mil. El estafador se fue como sin nada.
La Policía también intervino en el hecho, y del teléfono solo sacaron los minutos que duraron las llamadas.
Tercer caso
En el último hecho que trascendió, el blanco fue un hombre de 81 años, domiciliado en el barrio Pueblo Nuevo de San Luis. Este lunes lo llamaron al teléfono fijo de su casa con la misma excusa: le solicitaron $20 mil para un hijo que se había accidentado. Pero en esta oportunidad los malvivientes no pudieron concretar su propósito porque justo apareció la hija del hombre y tomó la comunicación.
“Me pareció raro porque el médico no quería decirme qué le pasó a mi hermano, entonces pedí que me volvieran a pasar con el chico que hablaba”, contó la mujer que pudo desenmascarar a los delincuentes a tiempo y cortó la comunicación.
Se sospecha que estos estafadores comienzan la red de llamadas cuando los jubilados cobran sus sueldos y por lo visto estarían repitiendo el mismo mecanismo en la capital puntana.